Tal día como hoy, el 25 de agosto de 1580, tenía lugar en
suelo portugués la batalla de Alcántara, enfrentamiento en el que los Tercios
Españoles dirigidos por el III duque de Alba aplastaron de forma
contundente al ejército portugués. La victoria española supone la ocupación del
trono de Portugal por parte de Felipe II, quien une a ambos países bajo un
mismo Rey.
Junio de 1580. El Rey Felipe II reúne en Badajoz a un
ejército de 35.000 hombres bajo el mando del capitán general Fernando Álvarez
de Toledo, el III duque de Alba de Tormes. Su lugarteniente no es otro que su
hijo, Fernando de Toledo; Francés de Álava es el general de la artillería y el
gran Sancho Dávila, el ‘rayo de la guerra’ ocupa el cargo de maestre de campo.
Durante las siguientes semanas los Tercios Españoles avanzan
hacia Lisboa sin apenas oposición y la poca resistencia que los Tercios se
encuentran es rápidamente sofocada.
El último escollo que separa a los Tercios Españoles de
la gloria se encuentra en la localidad portuguesa de Alcântara, a escasos
kilómetros de Lisboa. Allí un ejército de 25.000 soldados de infantería y 2.500
de caballería, en su mayoría campesinos y milicianos voluntarios, esperaba
a las tropas comandadas por el duque de Alba.
Inferiores en número, las tropas del duque de Alba formadas
por 18.000 hombres y 1.800 jinetes aplastaron al enemigo, que poco pudo hacer
ante unas tropas mucho más experimentadas.
La victoria del III duque de Alba en la batalla de Alcántara
fue completa. El ejército portugués liderado por Francisco de Portugal,
conde de Vimioso, y su tío Juan de Portugal, obispo de la Guarda, perdió
unos 4.000 hombres y dejó indefensa la ciudad de Lisboa, que se rindió dos días
después.
Este triunfo permitió a Felipe II ocupar el trono de Portugal y unir a los dos reinos bajo su figura en lo que se conoce como “La Unión Ibérica”, unión que se mantuvo hasta 1640.