Por estas fechas del año 1.761, en el Arsenal de la Carraca, y después de una revista a las tropas de Batallones de Marina, que acababan de adoptar el nuevo ejercicio de fusil, se puso de manifiesto la destreza de sus soldados y la inteligencia de sus Oficiales, muy especialmente del Sargento Mayor, consiguiendo meritoriamente, de las autoridades asistentes, el general beneplácito.