La victoria de San Quintín" muestra a Felipe II en San
Quintín, acompañado por Filiberto de Saboya, el Conde de Pembroke, el Conde
Egmont y Guillermo de Orange. Frente al rey, se presentan los prisioneros
franceses capturados. La escena se desarrolla con la ciudad de San Quintín en
el fondo, asediada por la artillería. La imagen refleja la autoridad y el
respeto hacia los líderes victoriosos, destacando la importancia del evento en
la historia militar.
Augusto Ferrer-Dalmau
La Batalla de San Quintín tuvo lugar
el 10 de agosto de 1557, en el contexto de las guerras italianas,
y enfrentó al Imperio español contra Francia. El ejército español,
liderado por Manuel Filiberto de Saboya, obtuvo una victoria decisiva sobre las
fuerzas francesas, comandadas por el condestable Montmorency.. Esta
victoria fue un hito importante en la historia militar española y llevó a la
construcción del monasterio de El Escorial por Felipe II.
Desarrollo de la Batalla:
El ejército francés, dirigido por el
condestable Montmorency, intentó tomar la ciudad de San Quintín.
Las tropas españolas, apoyadas por
los Tercios, esperaban al ejército francés cerca de la ciudad.
Los arcabuceros españoles causaron
grandes bajas a la vanguardia francesa, y la caballería imperial atacó por el
flanco.
El ejército francés sufrió numerosas
bajas y muchos soldados fueron hechos prisioneros, incluyendo al propio
Montmorency.
Consecuencias de la Batalla:
La victoria en San Quintín consolidó
la hegemonía militar española en Europa durante siglos.
Felipe II ordenó la construcción del
Monasterio de El Escorial para conmemorar la victoria y en honor a San Lorenzo,
cuya festividad coincidió con la batalla.
La batalla también tuvo implicaciones políticas, fortaleciendo la posición de Felipe II en Europa y debilitando la de Francia.