Coronel jefe de la Comandancia de
Valladolid, junto a la subdelegada del gobierno en Valladolid, durante la
presentación a los medios de comunicación social de una operación policial
(Valladolid, 2023).
Fuente: Colección particular.
El 8 de agosto de 1846, el Duque de Ahumada, inspector
general de la Guardia Civil, dictó una circular sobre las obligaciones de los
comandantes de provincia que tenía las siguientes directrices:
• En la relación con la demarcación: conocer a fondo su
topografía, realizar revistas cuatrimestrales de los destacamentos y visitar
todos los pueblos, diseñar un itinerario de todos los caminos principales y
secundarios, y establecer en un mapa los parajes más peligrosos.
• Respecto al número de partidos judiciales: realizar una
división de la provincia de su cargo en tantos distritos como oficiales tenga
asignados y determinación de los destacamentos que tiene bajo su
responsabilidad.
• Sobre los jefes de distritos: las mismas consignas con
respecto a los pueblos que tiene en su demarcación que las establecidas para el
comandante de provincia. Además, deberán revistar una vez al mes o cada dos
meses todos los destacamentos de su cargo y llevar un registro de las personas
que infundan sospechas de cometer infracciones. De igual forma crearán un
listado de los licenciados de cada pueblo, los puentes y vados que tienen los
ríos.
• En la parte militar: hacer un estudio del personal de la
compañía de su cargo, en especial, las clases de sargentos y cabos.
• Por lo que respecta a la población: conocer personalmente a
las autoridades militar y política de su demarcación y exigir lo mismo a los
responsables de los puestos.
• En la relación con los jueces y autoridades: informar al
juez de instrucción de los delitos que se cometan en el partido y mantener
relaciones con las autoridades para conocer las noticias de los reos, prófugos,
desertores de presidio y demás delincuentes a quien se persiga por la ley.
• Ejercicio del mando: persuadir a sus subordinados y exigir
a los comandantes de los puestos para que vigilen muy particularmente que los
guardias se hagan respetar por su porte decoroso y grave.
Esta circular es un ejemplo del liderazgo de la acción de
mando del inspector general en aquella época, consignando en el documento con
detalles las obligaciones que los comandantes debían cumplir para el buen
ejercicio del mando.
El Código de Conducta del personal de la Guardia Civil, aprobado por el Real Decreto 176/2022, de 4 de marzo, en las normas de conducta durante la prestación del servicio, establece cómo han de ser las relaciones con la ciudadanía, las autoridades civiles, judiciales y militares, así como con otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.