Una Real Orden de esta fecha, del año 1.875, determinaba que la totalidad de las plazas de los Ayudantes de los Arsenales se asignasen reglamentariamente, a Oficiales de Infantería de Marina, de la escala de reserva de las clases de Capitán, Teniente o Alférez.
Para cubrir estos puestos se autorizaba el ingreso en la referida escala de reserva, a los Oficiales de los Batallones que se hallasen inutilizados para el servicio activo de las armas, muy particularmente por consecuencia de las guerras de la Península y Cuba, “en que tanto se distinguieron”.