Uniforme original de servicio Rayadillo
de Caballería e Infantería de la Guardia Civil en Puerto Rico, custodiado en el
Museo de la Guardia Civil. Se diferencia del utilizado en Cuba por el color del
cuello y las bocamangas (Madrid, 2024).
Fuente: Gabinete Técnico. Guardia
Civil.
El 6 de junio de 1881, Su Majestad el rey Alfonso XII aprobó
la reforma organizativa de los tercios de Ultramar de la Guardia Civil:
• Primer Tercio: Habana, Matanzas y Vuelta Abajo.
• Segundo Tercio: Santa Clara, Remedios y Sagua.
• Tercer Tercio: Cuba, Guantánamo, Holguín, Bayamo y
Manzanillo.
• Cuarto Tercio: Cienfuegos, Sancti Spiritus, Trinidad y
Puerto Príncipe.
La nueva dependencia de las fracciones de ultramar del Cuerpo
supuso, en 1887, un aumento de la plantilla y la creación, en la dirección
general, de la Sección Séptima, denominada de Ultramar. En 1893, la plantilla
era de unos 4500 efectivos: un general de brigada, 25 jefes, 166 oficiales y
4530 de la clase de tropa. Posteriormente, en marzo de 1895, se produjo una
gran ampliación de efectivos como consecuencia de los sucesivos movimientos de
sublevación, llegando hasta 5500 guardias civiles.
Después del Desastre del 98, la pérdida de las posesiones de
Cuba, Puerto Rico y Filipinas en la guerra contra los Estados Unidos originó la
disolución de los tercios del Cuerpo allí destacados y la incorporación de sus
efectivos a la plantilla de la península. Este aumento de la plantilla permitió
reorganizar la Guardia Civil con la creación de la Comandancia de Canarias, las
Secciones de Ceuta y Melilla y un incremento del número de puestos.
Cuando se perdió la isla de Cuba, la Guardia Civil contaba con una plantilla de un general inspector, 3 coroneles, 9 tenientes coroneles, 13 comandantes, 34 capitanes, 54 primeros tenientes y 26 segundos tenientes, todos ellos de Infantería. Por otro lado, 13 capitanes, 26 primeros tenientes y 18 segundos tenientes, de Caballería. El total de la tropa lo componían 130 clases, 3270 guardias de Infantería y 1130 de Caballería.