Tal día como hoy, el 4 de junio de 1669, Juan José de Austria
era nombrado Virrey de Aragón. Hijo natural del Rey Felipe IV y la actriz María
Calderón, Juan José de Austria fue criado en secreto. Su destino no era otro
que el de una carrera eclesiástica, sin embargo, por consejo del conde-duque de
Olivares, el Rey le reconoció en 1642 para suplir la eventual falta de
herederos varones. Un año después, en 1643, Juan José de Austria fue elevado a
la dignidad de Príncipe y nombrado prior de la orden militar de San Juan para
los reinos de Castilla y León aunque el Rey siempre rechazó su pretensión de
ser legitimado y reconocido como Infante.
Con tan solo 18 años, Juan José de Austria comenzó a emular
las hazañas del primer Juan José de Austria al ser puesto al frente de la flota
enviada a sofocar la revuelta de Nápoles. Por ello fue llamado ‘el Segundón’,
pero su crédito aumentó notoriamente al liderar el sitio de Barcelona de 1652
que puso fin a la Rebelión de Cataluña, un hecho por el que fue nombrado Virrey
de esas tierras.
Años después, en 1656, fue nombrado Virrey de Flandes, cargo
desde el que obtuvo varios éxitos frente a los franceses como el levantamiento
del cerco de Valenciennes o la toma de Condé aunque no pudo evitar la pérdida
de Dunkerke. Su padre, el Rey Felipe IV, también le puso al mando del ejército
español que intentaba recuperar el control de Portugal, tarea en la que fracasó
estrepitosamente.
Tras la muerte de Felipe IV, Juan José de Austria cambió la actividad militar por la política cortesana. Lo que no cambió fue su continua lucha por ser legitimado, una gran aspiración que le llevó a enfrentarse a la Reina gobernadora Mariana de Austria y a sus validos. Primero al jesuita austríaco Nithar y más tarde Valenzuela, los cuales querían apartarlo. Lo consiguieron por un tiempo, sin embargo, tras la caída en desgracia de ambos Juan José de Austria se instaló en la Corte para dirigir el Gobierno de la monarquía hasta su muerte. Tres años en los que Juan José de Austria ajustó sus cuentas con sus enemigos, especialmente con la Reina madre y con su valido Valenzuela, al cual lo desterró a las Filipinas.