Francisco Jiménez de Cisneros
Francisco Jiménez de Cisneros, cuyo nombre de pila era
Gonzalo, más conocido como Cardenal Cisneros, fue cardenal, arzobispo de
Toledo, regente de Castilla, Primado de España y tercer inquisidor general de
Castilla.
Entre sus muchas actividades realizó su sueño de convertir el
estatus de una escuela que, fundada en el siglo XIII por el rey Sancho IV a
orillas del río Henares, en el lugar donde se había ubicado Complutum, la
ciudad romana del siglo I a.C., y que, posteriormente, se convirtió
en Studium Generale, lugar donde había estudiado el propio Cisneros, en
un Colegio de Escolares como consecuencia de la Carta
Bulada Inter cetera, solicitada en múltiples ocasiones al Papa Alejandro
VI y concedida por éste el 13 de abril de 1499. Esta carta bulada no
era una bula como tal, o littera solemne, sino una littera graciosa,
o carta de merced, redactada en letra semigótica que se conserva actualmente en
el Archivo Histórico Nacional.
El 14 de marzo de 1501 se puso la primera piedra del edificio
que albergaría dicho Colegio de Escolares, donde Cisneros se encargó de
todo: la financiación, la construcción de los edificios, el cuadro docente, la
biblioteca, el templo e, incluso, la jubilación de los profesores.
En 1508 acabaron las obras y comenzaron las clases y en 1510
Cisneros promulgó las Constituciones del Colegio Mayor de San
Ildefonso, en las que se plasmaban, con gran minuciosidad, la
reglamentación para los estudios de Artes, y lo relativo a las Facultades de
Teología, Derecho Canónico y Medicina, contemplando, además, que debían
establecerse otros estudios como gramática y griego.
Al promulgarse estas Constituciones, y jurarse por el
Claustro, aparece la comunidad universitaria, o sea, la Universidad, como ente
con personalidad jurídica propia, dirigida, al igual que el Colegio por un
Rector.
Había nacido la Universidad Complutense, primera universidad
renacentista, humanista y universal, constituyéndose como el primer campus
universitario del mundo.