El 23 de septiembre de 1810, un Escuadrón de Húsares de Cantabria, mandado por el Coronel D. Juan José de la Riva Vivanco, entró al anochecer galopando por las calles de Oviedo donde pernoctaba el General francés Bonet y una columna de 1.400 granaderos y 300 jinetes. Tras hacer numerosas bajas en las calles, los Húsares se mantuvieron patrullándolas hasta que, de madrugada, se retiraron.