La batalla de
Roncesvalles del Pirineo navarro, tuvo lugar el 15 de agosto del año 778.
Un gran ejército de vascones emboscó una parte del ejército de Carlomagno, tras
su invasión de la Península Ibérica. La batalla ocurrió en el contexto de los
intentos de realizar en la zona una Marca Hispana carolingia. El
ataque de los vascones fue una represalia por la destrucción de parte de
Carlomagno de los muros de su capital, Pamplona. Mientras los francos se retiraban
cruzando los Pirineos de vuelta a Francia, como tesis más probable, la
retaguardia del ejército de Carlomagno se vio cortada, hizo una última
defensa y fue completamente aniquilada. Entre los que murieron en la batalla se
encontraba Roldán, un comandante franco.
Batalla de Roncesvalles en 778.
Muerte de Roldán, en las Grandes Crónicas de Francia, ilustradas por Jean
Fouquet, Tours, hacia 1455-1460
Roldán fue muerto en combate a
manos del palentino Bernardo del Carpio. Su muerte lo elevó a él y a los
paladines, los principales guerreros de la corte de Carlomagno, a la leyenda,
convirtiéndose en el modelo por excelencia de los caballeros y también
influyendo en gran medida en el código de caballería de la Edad Media.
Existen numerosas obras
escritas sobre la batalla, algunas de las cuales modifican y exageran los
acontecimientos. La batalla es relatada en el Cantar de Roldán, del siglo XI,
la obra importante más antigua de la literatura francesa.