A finales del siglo XVI, la
marina Española se convirtió en la primera y única flota occidental en derrotar
a estos fieros guerreros nipones Ocurrió hacia 1580, cuando el gobernador Español
en las Islas Filipinas, don Gonzalo de Ronquillo, tuvo noticias de la llegada
de un fuerte contingente de piratas japoneses que estaban hostigando y
saqueando a los indígenas filipinos en la provincia de Luzón, zona bajo la
protección administrativa española. Desde entonces los samuráis llamaron a los
infantes de marina españoles «wo-cou» (peces-lagarto), en reconocimiento a la
audacia con la que habían luchado y vencido en los Combates de Cagayán.