Banda de cornetas del Colegio de
Guardias Jóvenes con su uniforme tradicional de gala, con pectoral, cuello y
bocamanga azul y casaca grana (Valdemoro, 1910).
Fuente: Centro de Fotografía
Histórica de la Guardia Civil.
El 26 de octubre de 1911, el Consejo de Gobierno del Banco de
España realizó una donación de 1000 pesetas a los colegios de huérfanos de la
Guardia Civil, uniéndose así a una larga lista de donaciones publicadas en los
anuarios militares. Entre ellas destacan: Su Majestad la reina María Cristina,
Máximo Cánovas del Castillo, los marqueses de Vallejo, el marqués de Comillas,
la Sociedad Azucarera de Larios (Málaga), el Consejo de Administración de los
ferrocarriles de Madrid, Zaragoza y Alicante, la Sociedad minera de Villaodrid
(Vizcaya), la Compañía minera de Río Tinto (Huelva) o el Sindicato de riegos de
la Acequia Real Júcar (Valencia).
La preocupación por la educación y formación de los huérfanos
e hijos del Cuerpo se remonta a pocos años después de la fundación de la
Institución en 1844, como consecuencia del elevado número de bajas que se
producían, tanto a consecuencia del servicio como por causas naturales. El 12
de enero de 1879 se creó el asilo de huérfanos de la Guardia Civil y se
dictaron las bases para financiar la construcción del centro en el que serían
alojados posteriormente. Su necesidad radicaba en que la Compañía de Guardias
Jóvenes acogía a los hijos de los guardias civiles fallecidos, pero no a las
hijas ni a los varones menores de 12 años.
El citado asilo se constituyó en Valdemoro (Madrid), en una
finca donada por los marqueses de Vallejo, y su actividad se financió con las
cuotas abonadas por los miembros de la Guardia Civil y otras participaciones y
donaciones. Para su gestión se creó la Asociación General de la Guardia Civil,
que estaba presidida por el director general e integrada por mandos. En 1885,
finalizada su construcción, el edificio se transformó en el Colegio Marqués de
Vallejo, que acogería a las huérfanas del Cuerpo que, hasta entonces, fueron
atendidas y educadas en la localidad madrileña por la Compañía de las Hijas de
la Caridad de San Vicente de Paúl, así como a los huérfanos varones hasta que
alcanzaban la edad para ingresar en el colegio.
Por su parte, la Asociación Pro-huérfanos de la Guardia Civil facilita ayuda a huérfanos, hijos y nietos de los socios y a los socios, mediante pensiones, becas y premios al estudio, ayudas al acceso a la universidad, al mundo laboral, al alquiler de vivienda, residencias de mayores, etc.
