Descanso de una patrulla de la
Guardia Civil en servicio de correrías en la Finca del Vadillo de Ojeda en
Borja (Zaragoza, finales del siglo XIX).
Fuente: Centro de Fotografía
Histórica de la Guardia Civil.
El 22 de septiembre de 1850, el II Duque de Ahumada,
inspector general de la Guardia Civil, dictó una Circular dirigida
específicamente a los puestos ubicados en las cabeceras de partido para que,
cuando no tuvieran ningún otro servicio encargado por la autoridad civil, la
fuerza recorriera una vez, al menos cada dos meses, los pueblos que en su
demarcación tuvieran asignados y se presentaran a los alcaldes solicitándoles
las listas de personas fugadas, desertores y demás personas que estuvieran
perseguidas por la justicia, con el objetivo de proceder a su captura.
Igualmente, y dando cumplimiento al reglamento para el
servicio, el entonces director general requería a los guardias civiles que
velaran por la tranquilidad de los distritos y obtuvieran información de los
malhechores que pudieran vagar por el término de los pueblos. El servicio,
denominado servicio de correrías, podía prestarse por una sola pareja de
guardias civiles o, en los casos en los que se pudieran encontrar
contrabandistas y delincuentes, serían tres efectivos los que realizarían el
servicio.
De otro lado, en la misma circular, ordenaba al comandante de
la sección recorrer los pueblos de su demarcación, al menos, una vez cada
semestre, salvo que tuviera circunstancias que le impidieran cumplir con las
directrices encomendadas, significando expresamente que “no debe haber ya
pueblo ninguno en España que no vea los guardias civiles al menos dos o tres
veces al año”.
Esta circular es un ejemplo de la dirección de mando que
ejercía el fundador de la Guardia Civil y primer inspector general del Cuerpo.
Como Fuerza de Seguridad del Estado, las unidades territoriales de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil tienen la misión genérica de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de la ciudadanía mediante la prevención y primera investigación de las conductas delictivas, así como el auxilio y atención a los requerimientos de la población las 24 horas del día, durante todos los días del año.