Comandancia de Cádiz (2011).
Fuente: Comandancia de Cádiz. Guardia
Civil.
El 18 de agosto de 1947, personal de la Comandancia de la
Guardia Civil de Cádiz participó en tareas de recuperación de los cuerpos de
los fallecidos y rescate y traslado de heridos como consecuencia de la
explosión de un polvorín de la base de defensas submarinas de la Armada en
Cádiz, donde 200 toneladas de trinitrotolueno TNT explotaron por razones
desconocidas.
La deflagración provocó 152 muertos, más de 5000 heridos y,
al menos, 2000 edificios dañados, de los cuales 500 quedaron completamente
destruidos. La onda expansiva arrasó barrios cercanos, si bien,
afortunadamente, el centro histórico de Cádiz apenas sufrió daños
significativos, gracias a la protección que le brindaron sus viejas murallas.
La explosión fue de tal magnitud que se escuchó en las ciudades de Sevilla y
Huelva, e incluso Lisboa (Portugal) lo registró.
Las fuerzas disponibles de la Armada, Ejército, Infantería de
Marina también participaron en el desescombro de las ruinas en busca de
víctimas, extinción de incendios y protección de las viviendas destruidas o
abandonadas para evitar su saqueo. La Guardia Civil de Cádiz se movilizó de
inmediato en unas arduas labores que, desde el punto de vista estrictamente
humanitario, se saldó con un total de 523 servicios. La labor de todos los
efectivos que trabajaron en el siniestro fue ampliamente reconocida por la
prensa de la época.
Para mantener aún vivo ese espíritu en una sociedad global,
diversa y cambiante, el Código de Conducta del personal de la Guardia Civil,
aprobado por el Real Decreto 176/2022, de 4 de marzo, persigue recoger los
valores, principios y normas de comportamiento de su personal, en cuyo articulado
se ensalza ese espíritu benemérito que durante siglos ha sido la seña de
identidad del Cuerpo:
“Prestarán auxilio con los medios a su alcance a todo aquel que lo necesite, se encuentren o no de servicio, con especial atención a las personas y colectivos más vulnerables”.