Patrulla del Servicio de Protección
de la Naturaleza (SEPRONA) realizando servicio de vigilancia en la presa de
Béznar (Granada, 2016).
Fuente: Oficina de Relaciones
Informativas y Sociales. Guardia Civil.
El 21 de junio de 1988 se creó la especialidad del Servicio
de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), con el fin de desarrollar la función
material específica asignada a la Guardia Civil en la Ley Orgánica de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, consistente en “velar por el cumplimiento de las
disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza y medio ambiente,
de los recursos hídricos; así como de la riqueza cinegética, piscícola forestal
y de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza”, y como una de las
medidas para garantizar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un medio
ambiente adecuado, establecido en el artículo 45 de la Constitución Española.
Desde la creación en 1983 de las primeras patrullas
motorizadas todo terreno, sus funciones se enfocaron principalmente al control
de la actividad cinegética y piscícola. Con el paso del tiempo, el SEPRONA ha
ido adquiriendo medios, capacidades y responsabilidades en la protección del
medioambiente, especializándose en áreas como son el tráfico de especies y
bienestar animal, seguridad alimentaria, contaminación, incendios forestales o
la protección del patrimonio histórico.
Los valores intrínsecos a la Guardia Civil, unidos a un alto
grado de especialización en los hombres y mujeres que componen el SEPRONA, han
elevado su estándar al nivel de referente europeo en el marco de las policías
medioambientales.
Tras la última modificación realizada por la Orden PCM/509/2020, de 3 de junio, por la que se regulan las especialidades en la Guardia Civil, la especialidad ha pasado a denominarse Protección de la Naturaleza.