Componente del Servicio de Protección
de la Naturaleza (SEPRONA) en funciones de vigilancia (2018).
Fuente: Oficina de Relaciones
Informativas y Sociales. Guardia Civil.
El 21 de mayo de 1908 se promulgó la Ley de Plagas del Campo,
en la que se señala a la Guardia Civil, junto con otros organismos, como los
guardas municipales de campo o los guardas jurados de monte, tenían la
obligación de dar cuenta a las Juntas Municipales de Defensa contra las Plagas
del Campo de la aparición de cualquier síntoma de enfermedad o alteración que
observasen en los cultivos de su localidad o de las que tuvieran noticia.
Aunque dicha normativa fue derogada en 2002 y sustituida por
la Ley 43/2002, de 20 de noviembre, de Sanidad Vegetal, el Servicio de
Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil sigue participando
activamente en la lucha contra las plagas y las enfermedades que afectan a
nuestros ecosistemas naturales y que tantos daños ecológicos y económicos
producen con sus efectos destructivos.
Es primordial la acción de todas las unidades del Cuerpo en
el control, inspección e investigación criminal de todos los productos que se
utilizan para el control de las plagas (biocidas, pesticidas, fitosanitarios,
etc.) que no cumplen con la normativa de la Unión Europea (UE) y ponen en grave
riesgo el medioambiente y la salud humana.
La Guardia Civil lleva a cabo anualmente campañas a nivel
nacional en colaboración con los diferentes organismos de la Administración
Pública que se encargan de este asunto, denominadas SILVER AXE, al tener su
origen en la Oficina Europea de Policía (EUROPOL). Los resultados son de los
más sobresalientes de la UE, debido a la especialización del personal de la
Guardia Civil que actúa en esta materia.
Se llevan a cabo también labores concretas en el control de
movimientos de productos madereros no tratados fitosanitariamente y que pueden
contener y expandir plagas por nuestro país y el resto de Estados miembros de
la UE.
El SEPRONA participa en la prevención de dichas plagas en el medio forestal mediante la detección de posibles focos (madera abandonada en el monte, etc.) y su comunicación a las autoridades competentes para su eliminación.