Componente de la Guardia Civil
prestando auxilio durante unas inundaciones (1953).
Fuente: Oficina de Relaciones
Informativas y Sociales. Guardia Civil.
El 20 de marzo de 1850, el fundador y primer inspector
general de la Guardia Civil, Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y
Enrile, II Duque de Ahumada y V Marqués de las Amarillas, emitió una circular a
los jefes de sección recordando la importancia de que las fuerzas del Cuerpo a
sus órdenes dispensaran un trato considerado y humano a la población.
Esta circular se dictó tras conocer dos casos inoportunos en
los que un cabo 1o y un guardia civil protagonizaron incidentes de agresión,
por los que se les reprendió estricta y ejemplarmente. En la misma se advirtió
de que si algún otro miembro del Cuerpo cometiera la mínima falta leve contraviniendo
lo establecido en su Cartilla, “el guardia civil no debe ser temido sino de los
malhechores”, tendría un duro e irremisible castigo.
Todo ello refleja el valor que, desde su fundación, se ha
dado en la Guardia Civil al esmerado trato con la ciudadanía.
La Ley 2/1986, de 13 marzo, establece los principios básicos
de actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, entre los
que se encuentra siempre un trato correcto y esmerado en sus relaciones con
los ciudadanos, a quienes auxiliarán y protegerán, si las circunstancias lo
aconsejan o se requieren para ello.
Además, la Ley 29/2014, de 28 de noviembre, de Régimen de
Personal de la Guardia Civil recoge las reglas de comportamiento de los
miembros del Cuerpo, entre las que destacan:
• Mantener una disposición permanente para defender a España
y proteger el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, que ha
de tener su diaria expresión en el exacto cumplimiento de la Constitución y las
leyes.
• Poner todo su empeño en preservar la seguridad y el
bienestar de la ciudadanía, sin discriminación alguna, actuando siempre con
dignidad, prudencia y honradez.
• Cumplir con exactitud sus deberes y obligaciones impulsados
por el sentimiento del honor, verdadera seña de identidad de los guardias
civiles.
• Hacer un empleo legítimo de la fuerza, con un uso gradual y
proporcionado de la misma, siendo la persuasión y la fuerza moral sus primeras
armas. Rigiéndose, en todo caso, por los principios de congruencia, oportunidad
y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.
En marzo de 2022 se aprobó el Código de Conducta del personal de la Guardia Civil, una guía que define los valores, principios y normas del comportamiento de sus miembros, los cuales se han ido consolidando desde la fundación del Cuerpo a lo largo de su devenir histórico, hasta llegar a constituir la mejor muestra del compromiso profesional de su personal y configurar el nivel de responsabilidad y de exigencia con los que se presenta ante la sociedad, siendo sintetizados en un decálogo.