Componentes de la Guardia Civil
prestando servicio en el apeadero de Laminoria durante la inauguración del
trayecto Vitoria - Estella (Álava, 1927)
Fuente: Centro de Fotografía
Histórica de la Guardia Civil
El 3 de enero de 1944, el tren correo expreso número 42 que
circulaba desde Madrid en dirección a La Coruña, tras descender el puerto del
Manzanal (León), no pudo detenerse por problemas técnicos en la parada de la
estación de Albares (León), ni tampoco en la estación de Torre del Bierzo
(León), que atravesó a gran velocidad. Terminó colisionando en el túnel número
20 de la línea férrea con una locomotora de maniobras que ascendía por la vía
con tres vagones, un choque que originó un gran incendio.
Más de 100 personas perdieron la vida y entre los fallecidos
se encontraban 11 guardias civiles: tres guardias civiles del Puesto de la
Guardia Civil de Villafranca del Bierzo (León) prestaban servicio de escolta en
el tren; dos guardias del Puesto de la Guardia Civil de Ponferrada (León) que
regresaban de servicio de conducción de presos y otros siete miembros del
Cuerpo que viajaban fuera de servicio por permiso vacacional.
La Guardia Civil, en su largo camino de servicio y dedicación
a la sociedad, ha sufrido la pérdida de muchos de sus miembros. Por eso, cada
día, al atardecer, después de arriar bandera, suena el toque de oración, acto
con el que se recuerda y se rinde homenaje a los que dieron su vida por la
patria.
Sirva esta efeméride para recordar a las víctimas de tan trágico accidente y evidenciar que la sociedad española y la Guardia Civil sufren y comparten con frecuencia las mismas vicisitudes.