El teniente Prieto, del Regimiento de Infantería “Barcelona”
nº 63, se encontraba la tarde del 8 de noviembre realizando labores de limpieza
en Benetúser (Valencia), junto a sus compañeros de Sección. En un momento
determinado, escucharon gritos de auxilio, acudiendo inmediatamente a la zona
de donde provenían.
Allí, se encontraron un tumulto de gente alrededor de un
hombre de, aproximadamente, 55 años, que se había desplomado al suelo de manera
fulminante, golpeándose la cabeza al caer. Sin pensarlo, mientras unos
procedían a despejar la zona, dar aviso a los servicios sanitarios y
tranquilizar a su hijo de 18 años que lo había presenciado todo, el teniente
Prieto procedía a colocar a la víctima en posición lateral de seguridad y a
comprobar sus constantes vitales, momento en el que llegó un primer servicio de
emergencias con unos técnicos sanitarios. “Apenas tenía pulso y todos estábamos
de acuerdo en que había que empezar ya a practicarle una reanimación
cardiopulmonar (RCP)”, explica el teniente Prieto, quien añade que mientras los
técnicos le colocaban la máquina, él comenzó a hacerle las técnicas RCP de
manera manual. Fue entonces cuando llegó a la zona una enfermera civil con
quien se turnó en los masajes durante, aproximadamente, 10 minutos.
Pasado ese tiempo, llegó otra ambulancia con un médico y una
enfermera que se hicieron cargo de la situación y del traslado inmediato del
hombre al hospital, donde tuvo que ser intervenido de urgencia. Posteriormente,
el teniente Prieto acompañó al hijo de la víctima, visiblemente nervioso, hasta
el hospital, donde se encontró con su madre, que había acudido por sus medios
tras ser avisada.
Por fortuna, el hombre se ha recuperado, escribiéndole unas
emotivas palabras de agradecimiento al teniente Prieto, gracias al cual ha
podido salvar la vida.