Los Templarios no podían abandonar la batalla mientras que
una bandera Cristiana se mantuviera en pie.
Durante la batalla, los caballeros templarios nunca podían dejar el campo de la batalla mientras que un estandarte, besante o gonfalón en pie. Cualquier estandarte cristiano era válido para esta condición, fuera templario, hospitalario o de cualquier otro. Estos estandartes estaban siempre bien protegidos por caballeros, y estaba prohibido bajarlos o usarlos como lanza.