El Rey quiso estar presente, junto a miles de vallisoletanos,
arropando al Regimiento de Caballería, al que unen tantos lazos históricos y
sociales con la ciudad pucelana. Felipe VI llegó acompañado de la ministra de
Defensa, Margarita Robles, y tras saludar al presidente de la Junta de Castilla
y León, Alfonso Fernández Mañueco, y al alcalde de Valladolid, Jesús Julio
Carnero, pasó revista a las tropas.
Precisamente, el alcalde de Valladolid, como muestra de
gratitud, entregó al Regimiento de Caballería una escultura del conde Ansúrez,
fundador de la ciudad, y una réplica de la carta real que concedió en 1596 el
título de ciudad a Valladolid.
Antes del desfile, los asistentes que se acercaron a la acera
de Recoletos y a la plaza de Zorrilla pudieron escuchar una breve reseña
histórica del Regimiento, en la que se recordó su creación en Flandes en 1649 y
su original denominación como Tercio de Hessen-Homburg, dado que no fue hasta
1718, cuando, por una orden de Felipe V, se adopta el actual nombre en homenaje
a la reina consorte, Isabel de Farnesio.
Participaron en el desfile casi 300 soldados de Caballería
del Regimiento, junto a una veintena de sus blindados, y militares de otras
unidades procedentes de Burgos y de la Guardia Real. Durante el trayecto
recibieron aplausos por parte de los vallisoletanos y gritos de ¡Viva el Rey!
Y un 7 de marzo, 375 años después, el Regimiento Farnesio sigue sirviendo a España tanto en todas las misiones en el exterior como en su ciudad vallisoletana, y como reseñó el coronel Pascual: «Son lanceros del “Farnesio”, soldados del Regimiento de Caballería en activo más antiguo del mundo y llevan la carga del legado de los miles de soldados que también lo fueron antes a lo largo de sus 375 años de historia».