9 de marzo
Una Real Orden de 1.886, concedió a la Infantería de Marina
“el privilegio de ocupar en campaña el puesto de mayor peligro, el de extrema
vanguardia en los avances y el de extrema retaguardia en las retiradas; ir a la
cabeza de las columnas de desembarco, cubriéndolas con sus guerrillas y estar
en la primera línea de choque".