A principios del SXIX Napoleón Bonaparte, el Emperador de
Francia, sembraba el terror en Europa llevando a su ejército a conquistar
mucho territorio y expandir su imperio. El general francés libraba diferentes
batallas en el continente, y uno de los países invadidos, traicionando al rey
Fernando VII, fue España.
Las tropas francesas entraron al país bajo la condición de
usarlo como vía de paso y dirigirse a Portugal, pero lejos de cumplir su
palabra, el ejército napoleónico se asentó y obligó a abdicar al rey en
favor de José de Bonaparte I, hermano de Napoleón. Esto provocó una reacción
del pueblo español, que se sublevó ante la ocupación francesa.
Se comenzaron a formar fuertes de resistencia que crecían
hasta que Napoleón ordenó a su ejército reestablecer el orden. Todo esto desembocó
en la Batalla de Bailen, librada entre 1808, que es la primera derrota
conocida de las Tropas Napoleónicas en campo abierto. Al mando del
ejército español estaba el General Francisco Javier Castaños.
Francisco Javier Castaños fue un militar español conocido por
ser el líder de las tropas que dieron al Ejército de Napoleón su primera
derrota en la Batalla de Bailén. Nació en Madrid en 1758 y desde pequeño
recibió una formación militar, siéndole concedido a los 10 años el título de
Capitán de Infantería.
Se enfrentó a un destierro a finales del SXVIII cuando
vivía en Madrid como Mariscal de Campo debido a sus desavenencias con Godoy,
pero tras derrotar a las tropas inglesas en El Ferrol pudo volver. Una vez
desatada la guerra con Francia, fue nombrado líder del Ejército de
Andalucía.
Bajo su mando, las tropas españolas libraron la Batalla de
Bailén ante el Ejército Napoleónico, comandado por el General Dupont, uno de
los hombres de confianza del emperador. La Batalla de Bailén fue el desenlace a
unas semanas de conflicto y la primera vez que las tropas del emperador fueron
derrotadas, recibiendo el General Castaños la espada del General Dupont de
las manos del mismo como símbolo de rendición.
España siguió unos años bajo el mando de las tropas
francesas, hasta la caída del Imperio Napoleónico, pero la victoria en
Bailén supuso un punto y aparte para el emperador francés, que vio como el
resto de Europa comenzaba a sublevarse igual que había ocurrido en España
y comenzaba a perder terreno y poder.
El General Castaños obtuvo grandes reconocimientos y muchas condecoraciones, fue nombrado Duque de Bailén y continuó con su vida política y militar hasta su fallecimiento en Madrid en 1852, a los 94 años de edad.