Por Real Decreto de 13 de octubre de 1843, Isabel II ordena que las banderas, estandartes y escarapelas adopten los colores rojo y amarillo, en tres bandas, la amarilla central de doble anchura que las rojas.
En el
paño deberán llevar una leyenda que expresará el Arma, número y Batallón del
Regimiento. En diciembre del mismo año se ordena añadir la cruz de Borgoña
acolada al escudo.