La batalla del Bruch es el nombre de dos enfrentamientos que tuvieron lugar entre tropas españolas y francesas en las inmediaciones de la localidad barcelonesa del Bruch durante la guerra de la Independencia Española.
Tras la rebelión de los madrileños el 2 de mayo de 1808 numerosos pueblos se alzaron también contra los franceses, uno de los cuales fue el barcelonés de Manresa. Así, en Barcelona, el general Duheseme dio órdenes al general Schwartz a acudir a esta localidad y someterla. Éste salió de la capital catalana el 4 de junio con unos 4.000 hombres, pero al poco hubo de parar en Martorell a causa de las torrenciales lluvias caídas, lo que dio tiempo al somatén, un cuerpo a medio camino entre la milicia urbana y una especie de protección civil, para armarse.
El 6 de junio los soldados franceses llegaron a la zona del Bruch (hoy el pueblo se llama Bruc) y cayeron en una emboscada por parte de los españoles que les obligaron a retirarse, primero a Martorell y después a Barcelona, de donde habían salido.
Aquí es donde surge la historia del Niño del Tambor. Esta historia cuenta el episodio del joven pastorcillo que pone en fuga a las tropas napoleónicas con la colaboración del eco de las montañas de Montserrat. Isidro Llusá y Casanovas, el niño de la historia, no podía combatir por su edad, pero quiere ayudar a su pueblo contra los franceses, así que toma su tambor y se pone a tocar. El eco de las montañas hace que dé la impresión que son miles de tamborileros, por lo que el ejército francés se bate en retirada.
En el lugar, hay un monumento, y una inscripción, que dice: "Viajero, para aquí, el francés paró, el que por todo paso no pudo pasar de aquí".
En su huida fueron recibiendo el ataque constante de los guerrilleros y de la propia población civil, como en Esparraguera. Este primer combate del Bruch costó a los franceses unas 400 bajas, la pérdida de un águila, un cañón y 34 caballos.
Sin embargo, los franceses, lejos de rendirse, mandaron un nuevo ejército con 7.000 hombres que marchó hacia Manresa de nuevo el 12 de junio. De nuevo en el Bruch, los somatenes con ayuda de soldados del Ejército español llegados de Lérida, entablaron combate con las tropas napoleónicas el 14 de junio y volvieron a verse obligados a retroceder castigadas por el fuego artillero.
Era la primera derrota que sufría el Ejército francés en España.