domingo, 26 de enero de 2020

A LOS HÉROES DE EL BALER

El Jefe de Estado Mayor del Ejército, general de ejército Francisco J. Varela, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, participaron el pasado 13 de enero, a las 11.00 horas, en la plaza del Conde del Valle Súchil de la capital, a la inauguración del nuevo monumento a los Héroes de Baler.

La obra ha sido creada por el escultor Salvador Amaya a partir de un boceto del pintor Augusto Ferrer-Dalmau y ha sido erigida con la finalidad de conmemorar el 120 aniversario de la gesta.

El Sitio de Baler (1 de julio de 1898 – 2 de junio de 1899) recuerda el asedio al que fue sometido un destacamento español por parte de los insurrectos filipinos en la iglesia del pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, durante 337 días. 

Desde el principio del asedio, las fuerzas sitiadoras intentaron en vano la rendición de las tropas españolas mediante el envío de noticias, que les informaban del desarrollo del conflicto entre los españoles con los insurrectos filipinos y los invasores estadounidenses. Tras la caída de Manila en manos americanas, en agosto, las autoridades españolas mandaron repetidamente misivas y enviados para lograr su rendición, igualmente sin conseguirlo. Los sitiadores también enviaron en agosto a dos franciscanos españoles que tenían prisioneros para que convencieran a los sitiados, sin éxito. Estos, sin embargo, se quedaron con el destacamento español durante el resto del asedio.


El Tratado de París, que dio por finalizada la guerra entre España y Estados Unidos, se firmó en diciembre de 1898 y entró en vigor en abril del año siguiente. En el mismo, y como parte de las condiciones impuestas, España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. En febrero de 1899 los filipinos, engañados y atacados por los estadounidenses a los que creían aliados, decidieron resistir por las armas, con lo que empezó una nueva fase del conflicto: la Guerra filipino-estadounidense, de la que los españoles eran ya solo espectadores, mientras las últimas tropas eran repatriadas a España. Nuevos emisarios españoles fracasaron en el intento de convencer a los sitiados de que depusieran las armas y volvieran a Manila. En abril, las autoridades militares estadounidenses enviaron, a petición española, una cañonera para liberar al destacamento de Baler, pero las tropas desembarcadas cayeron en manos de los filipinos, sin lograr su propósito.


A finales de mayo, un nuevo enviado español, el teniente coronel Aguilar, llegó a Baler por orden del gobernador general español, con órdenes de que los sitiados depusieran su resistencia y le acompañaran a Manila, pero estos volvieron a desconfiar y tuvo que marcharse sin conseguir su objetivo. Sin embargo, al hojear los sitiados unos periódicos dejados en la iglesia por Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, lo cual finalmente lo convenció de que España ya no ostentaba la soberanía de Filipinas y de que no tenía sentido seguir resistiendo en la iglesia. El 2 de junio de 1899, el destacamento español de Baler se rindió, tras un sitio de 337 días.

Las autoridades filipinas aceptaron unas condiciones honrosas de capitulación y permitieron su paso, sin considerarles prisioneros, hasta Manila, con el presidente filipino Aguinaldo emitiendo un decreto en el que exaltaba su valor. Tras un recibimiento apoteósico en la capital filipina, los supervivientes fueron repatriados a España.

A los supervivientes se les conoce popularmente como “Los últimos de Filipinas”. Y en muestra del heroísmo demostrado, incluso el gobierno filipino les rinde un homenaje anual por su valor e hidalguía.







¡¡¡ HONOR Y MEMORIA A NUESTROS HÉROES !!!

¡¡¡ GLORIA A NUESTROS MUERTOS !!!