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| CON VOSOTROS, AL FIN Y HASTA EL FIN |
Quince días después de nuestro primer encuentro nacional en
Alcaudete de la Jara (Toledo), continúo recordando la célebre frase: “Pues
que ansí es, adelante en buena hora (Hernán Cortes).
No ha resultado sencillo llegar hasta el primer encuentro,
nada fácil. A lo largo de nuestro breve periplo nos hemos enfrentado a
demasiadas adversidades legales y circunstanciales, que se han podido superar
con voluntad, valor, empuje y fe en nosotros mismos. “El pesimismo nunca ganó ninguna
batalla (D. “Ike” Eisenhower)”. Y nosotros hemos sabido ganar nuestra
primera misión.
Me está costando mucho poder definir con palabras todo lo
vivido con nuestra Hermandad durante los últimos meses. Bien es cierto que ha
habido momentos adversos y de discusión, pero que han podido, hemos sabido,
superar. Las contrariedades parecían haberse conjurado para poner trabas en
nuestro camino y es bien cierto que hasta la misma mañana del evento, estuvimos
sudando antes de vestir el uniforme de HECAPE.
No es menos cierto también, que hasta escasas horas del
inicio de nuestro primer encuentro, tuvimos que perfilar nuestros uniformes
mientras celebrábamos la asamblea. Esa es una de nuestras virtudes como pueblo,
los españoles tal vez no somos buenos planificadores, pero ante un problema,
sabemos crecer e improvisar hasta superarlo. Tanto más fatiga el bien deseado
cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo (Miguel de Cervantes).
Hay un acuerdo unánime entre los miembros de la directiva y
los socios de HECAPE: No vamos a perder ni un segundo de nuestro tiempo en lo
que no vale la pena y en quien no vale la pena. Vamos a trabajar en llevar
adelante esta Hermandad, contra viento y marea. Los cantos de sirena solo son
una quimera de Homero dirigida a Ulises y su tripulación. A nosotros nos mueve
la creencia firme de nuestros principios y la enorme base social de HECAPE. “Hay
dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen (Camilo
José Cela)”.
A media tarde del viernes 21 de junio, llegábamos a Alcaudete
de la Jara y, para variar, el GPS nos hizo dar vueltas hasta llegar a casa de
nuestro secretario. Abrazos de bienvenida y una alegría desbordante, por volver
a estar cerca de personas por quienes sientes un especial afecto y a quienes
unen sentimientos, proyectos y esperanzas. Saludamos a Tere y al pequeño de la
casa, un breve rato de charla y salimos para encontrarnos con nuestros
hermanos, aquellos que adelantaron su llegada desde Sevilla, Canarias,
Puigcerdà, Murcia… Repetimos los abrazos, las risas, los afectos, el respeto y
la ilusión.
Durante las jornadas anteriores, no habíamos dejado de
mantener contacto con nuestros hermanos de diferentes poblaciones por diversos
motivos. De ellos solamente obtuvimos colaboración por el bien de la Hermandad,
por el bien común; sin preguntar por qué o para qué. Son esos valientes que han
decidido trabajar por un proyecto importantísimo. Son la esencia de lo que
siempre hemos sido, esos soldados valientes que dan un paso al frente
desterrando el egoísmo y combatiendo por todos antes que por ellos. Ante
vosotros, mis queridos hermanos, me pongo en posición de firmes y primer tiempo
del saludo. “Nunca nos habíamos enfrentado a un soldado como el español. No se
derrumba, es como una roca, no desespera y resiste pacientemente hasta que
puede derrotarte (Un coronel del bando sueco en la batalla de Nordlingen).
Dedicamos el viernes a hablar y escuchar. Repasamos los pasos
del acto del sábado y deambulamos por Alcaudete de la Jara, recibiendo en todo
momento el apoyo de la población, su afecto, respeto, cariño y palabras de
apoyo. Fuimos a comprar tabaco y en ese bar, una jovencita nos emocionó a todos
diciendo que había aprendido “La muerte no es el final”, para poder cantarla
con nosotros al día siguiente. La emoción dio paso a repasar ese himno de
manera espontánea y brindar por todos nosotros, que ya nos sentimos
alcaudetanos desde el primer momento en el que llegamos a esa bellísima
población castellana. El cielo de Castilla es tan alto porque lo
han levantado los campesinos de tanto mirarlo (Miguel Delibes).
Nuestro lento pasear por el pueblo, nos llevó hasta el
restaurante “La Cabaña”, donde nos esperaban para cenar. Los citados y
alistados tomamos posesión de nuestras sillas, mientras Manu y su plantilla nos
agasajaban con la abundancia y calidad que caracteriza al establecimiento.
Éramos unos cuantos, pero en escasos minutos y a través de las redes sociales,
contactábamos con otros hermanos que anunciaban su llegada a los alrededores.
La eficiencia en la gestión de nuestro Tesorero pronto se hizo evidente, una
vez más, facilitando los teléfonos de nuestros asociados y simpatizantes.
Llamadas arriba y abajo para conseguir que otros cabos primeros y sus familias
se unieran a la celebración. Emoción tras emoción y aún no habíamos empezado el
acto principal. Nuestros hermanos y sus familias con nosotros, apenas recién
presentados y charlando como si nos conociéramos de toda la vida, esa es una de
las bases de la grandeza de HECAPE.
Somos una HERMANDAD, lo sabemos, lo vivimos y lo practicamos.
Aquí no cabe quien no lleve la nobleza en la sangre y la honradez en su
corazón.
Durante la sobremesa conocimos a la Excelentísima Alcaldesa
de Alcaudete de la Jara, doña Cristina Cebas Gregorio, quien compartió charla y
risas con nosotros durante casi una hora, haciendo un hueco en una reunión de
trabajo. Si ya teníamos claro que había nacido un fuerte lazo de compromiso
entre HECAPE y Alcaudete de la Jara, charlar con doña Cristina, nos llevó a una
total convicción de ese afecto y respeto mutuo entre el municipio y la
hermandad. Y aún nos quedaba por delante un sábado de parada, desfile,
homenajes y compromisos.
"No os preguntarán por mi,
que en estos tiempo a nadie
le da lustre haber nacido
segundón en casa grande;
perso si pregunta alguno,
bueno será contestarle
que, español, a toda vena
amé, reñí, di mi sangre,
pensé poco, recé mucho,
jugué bien, perdí bastante
y, porque esa empresa loca
que nunca debió tentarme,
que, perdiendo ofende a todos,
que, triunfando alcanza a nadie,
no quise salir del mundo
sin poner mi pica en Flandes".
Diego de Acuña, capitán de los Tercios de España.
Sorprendemos al amanecer velando armas. Los nervios nos han
llevado a dormir poco y pensar mucho. Desde bien temprano ya estamos
desayunando unas porras (extraordinarias) y café con leche, moviéndonos por el
pueblo y reencontrándonos con los otros cabos primeros, que también han tenido
un sueño escaso.
Nos vamos a trabajar antes de ponernos el uniforme. Calle
abajo, calle arriba. Camino del polideportivo charlamos y planeamos
situaciones. Llegamos al lugar, montamos mesas y damos instrucciones sobre
diversas cuestiones. Se acerca la hora de nuestra celebración y hemos de ir a
cambiarnos.
Vuelta al pueblo ya uniformados y cargados con el material de
la Hermandad para la mesa de nuestra tienda. Organizamos la tienda y otras
cuestiones, nos están esperando nuestros hermanos para celebrar la primera
asamblea de HECAPE y mientras tanto, ensayamos para el desfile, marcamos el
paso, damos media vuelta, levantamos los brazos con gallardía y recuperamos la
ilusión que adquirimos al entrar por primera vez por la puerta de nuestros
cuarteles.
La asamblea se inicia siguiendo las pautas de nuestro
secretario, Carlos, que se encarga de llevar ordenadamente el orden del día.
Unas palabras mías proponiendo lo que es y quiere ser HECAPE y en el que se
detallan las pautas de actuación y trabajo. En nuestra Hermandad no va a haber
cabida para otra cosa que no sea el compromiso y el trabajo en pro de una
futura fundación de cabos primeros o lo que el destino nos permita, pero ocurra
lo que ocurra, nuestra voluntad es firme.
Damos paso a las propuestas y preguntas de nuestros asociados
y de los portavoces de quienes no han podido venir. Mientras cumplimos con lo
marcado en nuestros Estatutos, otros miembros de HECAPE ayudan a sus hermanos,
dando los últimos toques de plancha a escudos y camisas ¿Quién dijo que ser
hermanos y comportarse como tal es difícil? Entre personas cabales y de palabra,
eso es lo habitual.
Todas las cuestiones puestas a votación se aprueban por
unanimidad. En la toma de palabra, uno de nuestros hermanos ha venido solamente
para saludarnos y volver urgentemente a sus quehaceres. Se emociona con su
relato y nos emociona a todos. Nos dice que esta reunión de hoy es su mejor
regalo de aniversario, espontáneamente le cantamos el cumpleaños feliz y nos
deshacemos en abrazos y lágrimas. “Amo tanto a España, porque la conozco
(Gregorio Marañón)”.
Y porque conozco a sus gentes y a hombres y
mujeres como los asociados de HECAPE ¿Qué enemigo puedo temer con tan notable
tropa a mi lado?
HECAPE desfiló marcialmente desde el polideportivo hasta la
Plaza de las Regiones de España de Alcaudete de la Jara. Ya en la plaza, se
inició la parada junto a la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios
(Talavera de la Reina), AS. VET. RCLAC Villaviciosa 14, AS. VET. Base Cuatro
Vientos y Transmisiones y AS. VET. De Auxiliares de la Guardia Civil.
El relator detalla el inicio de los actos. Tras presentar
novedades los oficiales al mando de la fuerza, solicito permiso para el inicio
de los actos al Coronel Montes, uno de los asesores y amigos de HECAPE. Junto
al Coronel, hay una representación de militares, todos ellos oriundos de
Alcaudete.
Tras obtener el permiso de la autoridad militar, la Excma
Sra. Alcadesa, el sacerdote de Alcaudete y yo mismo, nos dirigimos con el guion
de la Hermandad hasta la formación. La alcaldesa doña Cristina, nuestra Madrina
de Honor, me entrega el guion como presidente de la Hermandad. Se lo entrego al
oficial al mando de la fuerza Pepe Ángeles y éste al nuestro genial abanderado,
Dionisio, el primer portaguión de HECAPE y un tipo más grande que el día de
Navidad.
Continúa el acto con el nombramiento de Pepe Ángeles, como
socio honorario de la Blanca Milicia. Hecho que nos propuso celebrar con
nosotros y que consideramos adecuado. Las órdenes militares medievales, eran
estructuras muy sólidas y de profunda tradición comunitaria. Fueron las
primeras organizaciones militares en adoptar un único uniforme y un compromiso
de trabajo en equipo en el que fueron descartadas las individualidades. Es por
ello que en la historia podemos conocer el nombre de muchos paladines y
caballeros medievales que actuaban con su propio nombre y sus hazañas les
hicieron famosos, pero su gloria no llegó más allá de la duración de sus vidas.
En cambio, las órdenes militares, actuaban coordinada y anónimamente en favor
del bien común, por ello no nos han llegado el nombre de los caballeros y sus
obras se han mantenido a través de los siglos para bien de todos, como es el
caso de la Orden de Malta, que aún existe y lleva a cabo cuantiosas obras de
caridad en beneficio de los más necesitados.
HECAPE es una organización creada para el bien común, sin
individualismos y que va a funcionar para honra de todos y para beneficio de
nadie particular. Solamente la unión, el compromiso y el trabajo; mantendrá
siempre en pie a nuestra Hermandad.
Tras la parada en la plaza principal, nos preparamos para el
homenaje a la Bandera y a los caídos por España en toda nuestra historia.
Durante toda la jornada nos acompañó el calor, el aliento, el
afecto, el apoyo y el respeto de todo el pueblo. Alcaudete de la Jara estuvo
permanentemente a nuestro lado, al lado de nuestra Bandera y al lado de los que
dieron su vida por España.
Constantes aplausos y vivas en el izado de la Bandera.
Constantes aplausos y muestras de respeto durante el homenaje a los caídos.
Colocamos nuestra corona a los pies de la Bandera y don Juan
ofreció un responso por nuestros muertos. “Los infantes españoles prefieren la muerte a
rendirse. “Ya hablaremos de capitulación después de muertos (Tercio de Zamora a
las órdenes del maestre de campo Francisco de Bobadilla)”.
Solicité permiso para romper filas al coronel Montes y tras
recibir su aprobación, di la orden pertinente. Creo que en ese momento se
deshizo toda la tensión acumulada en las últimas semanas y a la profunda
alegría por el éxito del acto, se unieron las inevitables lágrimas.
Soy incapaz de contar los abrazos de ese momento, incluidos
el de un hermano con el que fuimos juntos al CIR en 1984 y que solamente vino
al pueblo para poder saludarnos. Nos fundimos en abrazos entre todos los
miembros de la directiva, la hermandad y las otras asociaciones que vinieron a
apoyarnos incondicionalmente. Hay cosas que no recuerdo con exactitud, sé que
me abracé con mi directiva y sé que me tomé una cerveza de un solo trago, cosa
rara en mi.
La comida se desarrolló en un ambiente alegre y festivo, tras
el brindis del coronel por el Rey, empezamos a comer, beber, charlar, reír y
hacernos todas las fotos del mundo en el photocall que nuestro muy querido
secretario consiguió para el acto y que solamente él sabe cuanto le costó, y no
hablo de dinero.
Llegamos al final del acto en Alcaudete con varias cuestiones
claras:
· * La
ilusión y la capacidad de ilusionar de HECAPE.
· * La
riada de emociones que nos ha llevado a consolidarnos con una fuerza muy sólida.
· * La
firme voluntad de seguir, de continuar y de mejorar.
·* Somos
una HERMANDAD y como HERMANOS nos sentimos, no solamente con palabras, si no
también con HECHOS.
Para acabar este relato, quiero dedicar unas palabras a
Alcaudete de la Jara y a su Alcaldesa:
Estimada Cristina, solamente cabe decir y escribir un GRACIAS en mayúsculas. Como presidente
de HECAPE, me comprometo a cumplir lo que te dije: “Tenemos un compromiso de
cariño y agradecimiento con Alcaudete de la Jara y, con tu permiso, vamos a
continuar teniendo contigo y tu maravilloso pueblo, esta extraordinaria
relación para futuros actos, en los que ya empezamos a trabajar. Nos sentimos
todos alcaudetanos adoptivos y en deuda eterna de gratitud hacia esa lindísima
población toledana.
Y hasta aquí, mis queridos cabos primeros, el relato de
nuestro primer encuentro nacional. Me han faltado palabras para describir con
mayor exactitud todo los vivido, pero sé que aquellos que participasteis en el
evento, podréis ratificar, e incluso rectificar mis palabra.
Como dice y establece el lema creado por nuestro fundador
Luis Aceituno: “Somos, fuimos y siempre seremos Cabos Primeros”.
“Barones, ya podemos marcharnos. Hoy, a lo menos, hemos
dejado bien puesto el honor de España (S. M. Jaume I El Conqueridor, rey de
Aragón en el concilio de Lyon).
No ha resultado sencillo llegar hasta el primer encuentro,
nada fácil. A lo largo de nuestro breve periplo nos hemos enfrentado a
demasiadas adversidades legales y circunstanciales, que se han podido superar
con voluntad, valor, empuje y fe en nosotros mismos. “El pesimismo nunca ganó ninguna
batalla (D. “Ike” Eisenhower)”. Y nosotros hemos sabido ganar nuestra
primera misión.
No es menos cierto también, que hasta escasas horas del
inicio de nuestro primer encuentro, tuvimos que perfilar nuestros uniformes
mientras celebrábamos la asamblea. Esa es una de nuestras virtudes como pueblo,
los españoles tal vez no somos buenos planificadores, pero ante un problema,
sabemos crecer e improvisar hasta superarlo. Tanto más fatiga el bien deseado
cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo (Miguel de Cervantes).
A media tarde del viernes 21 de junio, llegábamos a Alcaudete
de la Jara y, para variar, el GPS nos hizo dar vueltas hasta llegar a casa de
nuestro secretario. Abrazos de bienvenida y una alegría desbordante, por volver
a estar cerca de personas por quienes sientes un especial afecto y a quienes
unen sentimientos, proyectos y esperanzas. Saludamos a Tere y al pequeño de la
casa, un breve rato de charla y salimos para encontrarnos con nuestros
hermanos, aquellos que adelantaron su llegada desde Sevilla, Canarias,
Puigcerdà, Murcia… Repetimos los abrazos, las risas, los afectos, el respeto y
la ilusión. 
Durante las jornadas anteriores, no habíamos dejado de
mantener contacto con nuestros hermanos de diferentes poblaciones por diversos
motivos. De ellos solamente obtuvimos colaboración por el bien de la Hermandad,
por el bien común; sin preguntar por qué o para qué. Son esos valientes que han
decidido trabajar por un proyecto importantísimo. Son la esencia de lo que
siempre hemos sido, esos soldados valientes que dan un paso al frente
desterrando el egoísmo y combatiendo por todos antes que por ellos. Ante
vosotros, mis queridos hermanos, me pongo en posición de firmes y primer tiempo
del saludo. “Nunca nos habíamos enfrentado a un soldado como el español. No se
derrumba, es como una roca, no desespera y resiste pacientemente hasta que
puede derrotarte (Un coronel del bando sueco en la batalla de Nordlingen).
Dedicamos el viernes a hablar y escuchar. Repasamos los pasos
del acto del sábado y deambulamos por Alcaudete de la Jara, recibiendo en todo
momento el apoyo de la población, su afecto, respeto, cariño y palabras de
apoyo. Fuimos a comprar tabaco y en ese bar, una jovencita nos emocionó a todos
diciendo que había aprendido “La muerte no es el final”, para poder cantarla
con nosotros al día siguiente. La emoción dio paso a repasar ese himno de
manera espontánea y brindar por todos nosotros, que ya nos sentimos
alcaudetanos desde el primer momento en el que llegamos a esa bellísima
población castellana. El cielo de Castilla es tan alto porque lo
han levantado los campesinos de tanto mirarlo (Miguel Delibes).
Somos una HERMANDAD, lo sabemos, lo vivimos y lo practicamos.
Aquí no cabe quien no lleve la nobleza en la sangre y la honradez en su
corazón.
Vuelta al pueblo ya uniformados y cargados con el material de
la Hermandad para la mesa de nuestra tienda. Organizamos la tienda y otras
cuestiones, nos están esperando nuestros hermanos para celebrar la primera
asamblea de HECAPE y mientras tanto, ensayamos para el desfile, marcamos el
paso, damos media vuelta, levantamos los brazos con gallardía y recuperamos la
ilusión que adquirimos al entrar por primera vez por la puerta de nuestros
cuarteles.
Tras obtener el permiso de la autoridad militar, la Excma
Sra. Alcadesa, el sacerdote de Alcaudete y yo mismo, nos dirigimos con el guion
de la Hermandad hasta la formación. La alcaldesa doña Cristina, nuestra Madrina
de Honor, me entrega el guion como presidente de la Hermandad. Se lo entrego al
oficial al mando de la fuerza Pepe Ángeles y éste al nuestro genial abanderado,
Dionisio, el primer portaguión de HECAPE y un tipo más grande que el día de
Navidad.
Soy incapaz de contar los abrazos de ese momento, incluidos
el de un hermano con el que fuimos juntos al CIR en 1984 y que solamente vino
al pueblo para poder saludarnos. Nos fundimos en abrazos entre todos los
miembros de la directiva, la hermandad y las otras asociaciones que vinieron a
apoyarnos incondicionalmente. Hay cosas que no recuerdo con exactitud, sé que
me abracé con mi directiva y sé que me tomé una cerveza de un solo trago, cosa
rara en mi.
Para acabar este relato, quiero dedicar unas palabras a
Alcaudete de la Jara y a su Alcaldesa: