Durante la batalla de Gembloux 31 de Enero de 1578, 17.000 soldados ESPAÑOLES se impusieron a 25.000 rebeldes. Después de que un capitán español se excediera en sus órdenes y avanzara en exceso, auspiciando que los rebeldes los flanquearan, ese capitán era Alejandro Farnesio que se encargó de alejar las dudas: «Id a Juan de Austria y decidle que Alejandro, acordándose del antiguo romano, se arroja en un hoyo para sacar de él, con el favor de Dios y con la fortuna de la casa de Austria, una cierta y grande victoria hoy», afirmó Farnesio antes de iniciar la carga que terminó decidiendo el combate. La victoria fue de entidad, con 34 banderas capturadas y 10.000 bajas rebeldes.