Componentes de la Guardia Civil
analizando diversas huellas dactilares (Madrid, años 70 del siglo XX).
Fuente: Centro de Fotografía
Histórica de la Guardia Civil.
El 16 de junio de 1978, la Guardia Civil instó al Ministerio
del Interior la creación de unidades de Policía Judicial especializadas.
Inicialmente fueron 118 equipos distribuidos por toda España, compuestos por un
jefe de equipo y tres guardias civiles especialistas: uno en atestados e interrogatorios,
otro en técnica policial y dactiloscopia y un tercero en fotografía y
delineación.
Estos equipos intervenían cuando eran requeridos ante la
comisión de un delito de importancia, generalmente hechos graves contra las
personas y el patrimonio, y actuaban bajo la dependencia funcional del jefe de
la unidad que instruía las diligencias.
La mayor parte de sus cometidos eran los relativos a la
investigación técnica, es decir, las inspecciones oculares (recogida de
indicios, fotografía, acta, etc.), y la emisión de informes (en especial de
huellas), constituyendo, de facto, los primeros laboratorios móviles de
criminalística en este ámbito. En la formación de los especialistas colaboraba
el Laboratorio de Criminalística de la Academia Especial del Cuerpo, que
actuaba como laboratorio central.
Las unidades orgánicas de Policía Judicial de comandancia son elementos clave en el despliegue territorial de la especialidad. Estas unidades dependen técnicamente de la Jefatura de Policía Judicial y funcionalmente de los Jueces y Tribunales, o del Ministerio Fiscal, en la ejecución de sus cometidos referentes a la averiguación del delito y aseguramiento del delincuente.