Intervención de varios guardias
civiles en el salvamento de un niño (1889).
Fuente: Centro de Fotografía
Histórica de la Guardia Civil.
El 7 de enero de 1850, tras el naufragio del bergantín Felisa
en el puerto de San Sebastián (Guipúzcoa), un sargento segundo destinado en la
Comandancia de la Guardia Civil intervino de forma heroica y logró salvar a
varios miembros de la tripulación afectada, por lo que fue condecorado con la
Cruz pensionada de María Isabel Luisa.
Esta actuación es considerada como el primer servicio
humanitario de la Comandancia de Guipúzcoa. Se añade a los muchos que han
venido demostrando el espíritu benemérito de los integrantes del Cuerpo, lo
que le ha dado el sobrenombre de Benemérita desde la concesión en 1929 de la
Gran Cruz de la Orden Civil de la Beneficencia, con distintivo negro y blanco.
Este espíritu es recogido como principio institucional de la Guardia Civil en su Código de Conducta, heredando la tradición corporativa, en este sentido, recogida en la Cartilla de 1845.