Corbata correspondiente a la Gran
Cruz de la Orden de la Beneficencia depositada en la sala de banderas del
museo de la Guardia Civil, en la que lucen las banderas nacionales concedidas
al Cuerpo (Madrid, 2024).
Fuente: Gabinete Técnico. Guardia
Civil.
El 5 de enero de 1852 se publicó en la Guía del Guardia
Civil, antecedente del Boletín Oficial de la Guardia Civil, un relato donde se
resaltaban las muestras de reconocimiento popular hacia la Institución por su
espíritu benemérito. Comienzan, de esta manera, las alusiones que llevarían a
que la Guardia Civil fuese conocida por el sobrenombre de Benemérita.
La impronta humanitaria con la que Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, II Duque de Ahumada y V Marqués de las Amarillas, dotó a muchos artículos de la Cartilla del Cuerpo se reconocería públicamente en 1929, al concederse a la Guardia Civil la Gran Cruz de la Orden Civil de la Beneficencia, con distintivo negro y blanco, por los innumerables actos y servicios abnegados, humanitarios y heroicos realizados con motivo de incendios, inundaciones y salvamento de náufragos.