El 15 de noviembre de 1974 fue lanzado desde la base
californiana de Vandenberg el primer satélite español, el INTASAT.
En los últimos años, el desarrollo tecnológico en el ámbito
aeroespacial ha ido ganando terreno hasta convertirse en un elemento
fundamental para el mundo del siglo XXI, tanto a nivel civil como militar.
Prueba de ello es que hace dos años nuestro Ejército del Aire
cambió de nombre y pasó a llamarse Ejército del Aire y del Espacio.
Paralelamente a este cambio, el año pasado se creo un nuevo mando dentro de su
estructura: el MESPA (Mando del Espacio). Ambos acontecimientos evidencian la
firme voluntad de nuestros aviadores de colocarse a la vanguardia de esta nueva
revolución tecnológica.
Por eso, estos días estamos viviendo una efeméride
fundamental en la relación de España con el espacio. El 15 de noviembre de 1974
fue lanzado desde la base californiana de Vandenberg el primer satélite
español, el INTASAT. Se hizo con ayuda de la NASA, que puso sus instalaciones y
el cohete.
El INTASAT era un poliedro de 12 caras cubierto de paneles
solares que pesaba 24,5 kilos y medía apenas medio metro de altura. Se había
fabricado íntegramente en nuestro país y los máximos responsables del proyecto
fueron el comandante del Ejército del Aire e ingeniero aeronáutico, José María
Goya, y el también ingeniero aeronáutico, José María Dorado.
La iniciativa de fabricar nuestro primer satélite había
partido del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que se había
creado en 1942, y ha sido desde entonces la referencia fundamental de la
astronáutica española. El satélite pionero llevó su nombre al
espacio. Cabe destacar también que los ensayos de compatibilidad
electromagnética se hicieron en nuestro país.
Para ponerlo en órbita, se llegó a un acuerdo con la NASA,
con el fin aprovechar alguno de sus lanzamientos. Así que compartió pasaje en
un cohete Delta con otros dos satélites americanos mucho más grandes y pesados.
Fue, por así decirlo, una especie de polizón espacial.
El principal objetivo que tuvo la creación del INTASAT no fue
otro que aprender a fabricar satélites de cara a desarrrollar una futura
industria nacional. Además, el INTASAT llevó a cabo un experimento que tenía
como finalidad el estudio de los electrones en la ionosfera. Los datos que
enviaba el satélite se recibían en unas 40 estaciones, una de ellas ubicada en
la base aérea de Torrejón (Madrid). La última señal se recibió en la estación
de El Arenosillo (Huelva) el 5 de octubre de 1976. Allí acabó su misión después
de dar 8644 vueltas a la tierra.
España fue la undécima nación en tener un satélite en el
espacio. Tardaríamos más de 20 años en volver a poner otro satélite español en
órbita. Hoy en día, 50 años después de este hito, nuestro país vuelve a ser
pionero en el campo aeroespacial. El cambio de nombre de nuestra casi
centenaria institución y la creación del MESPA constituyen toda una declaración
de intenciones en este sentido.